Miranda
La Larga noche del General
Todos los avatares que acontecieron
en la última noche de vida de El precursor
fueron llevadas al teatro venezolano.
El 14 de julio
de 1816, en una celda de La Carraca, España, muere Sebastián
Francisco de Miranda y Rodríguez, llamado “La espada de la Gironda”, El
Generalísimo y ahora también Almirante en Jefe
del pueblo venezolano. El héroe en su transición fue representado por
un grupo de actores y actrices el año 2006, en las ciudades de Punto Fijo, estado Falcón ;
Maracay, estado Aragua y la capital del país, en
un proyecto mancomunado del Teatro Estable de Maracay y la Casa del Artista,
con motivo de la celebración nacional del Bicentenario de la llegada de Miranda, en
1806, a las playas de Ocumare de la Costa y La Vela de Coro, lugar este donde logró izar
nuestra bandera . La obra de teatro escrita por el autor venezolano José
Francisco Chapman, presentaba al público con el título “La Larga Noche Del General”, el
ensueño caótico y poético del personaje la noche de su deceso. Rememorar ese
montaje teatral en este Bicentenario de 2016,es reivindicar el esfuerzo creador
del Teatro Estable de Maracay en ese
homenaje al prócer, a los actores y actrices que interpretaron esa
semblanza, al autor de la obra y en especial al actor y poeta, también
trascendido, Héctor Eduardo Bello, ”El
Chino” quien protagonizo al Generalísimo
en su crepusculario.
En La Larga
Noche Del General, asistimos al final de un inicio. Miranda, en La Carraca,
afronta el reto más grande de su vida: la eternidad. Frente a ese coloso de
66 años se presentan los humores del cuerpo, la ansiedad del
espíritu y la guerra ideológica;
esta última, para un soñador es la más difícil
de sortear: república contra monarquía, iluminismo
contra la inquisición. No lo dejaran en paz hasta la muerte física,
pues en definitiva, quien saltó espada e ideas en
alto de América al África, del África a Europa, salvó su
cabeza ante el terror de Robespiere, fundó la
logia de los Hombres Racionales y fue luz de la emancipación
hispanoamericana, no sería perdonado por la opresión
clerical y política.
Aquejado con
un balazo antiguo en una pierna, mermado por el escorbuto,el dolor del destierro,
el aislamiento en prisión, sin batallas, amarrado a las sombras; aventura en sus
planes, vieja maña, una fuga. Escapar del olvido, de la soledad, de la
crueldad, la ingratitud. Mitigan esos días la bondad y el amor
de su siervo, Pedro José Morán, sus escritores proscritos: Horacio, Homero, Rousseau, Voltaire…y una
hermosa espía ,Antonia de Salis, quien fragua el escape.
En medio del
delirio que provocan las fiebres, llueven los fantasmas de una vida legendaria;
vienen a evocar momentos imborrables: sus amores, sus azares, sus luchas, su
Colombeia, la Capitulación con sus demonios desatados; a pesar de todo, su
esperanza libertaria esta intacta.
Miranda, en su
ocaso es vencido, pero el viejo marino trashumante, lanzado al agravio de
una fosa común,
insurge del salitre, replica como el terremoto de 1812 que lo puso al frente de
nuestros ejércitos, se enciende como una luciérnaga
en la noche larga que lo vio despedirse. La apoplejía
rompió el cerebro, mas no pudo con las ideas: ellas se
esparcieron, son el emblema de la alborada emancipadora en Latinoamérica
y el Caribe; en Norte América y Francia, también es
precursor. Su tricolor nos honra mon general, señor
librepensador, maestro preclaro, escribano abundante, polisémico,
multivoces, enamorador, enamorado, trotapueblos. Nos honra ¡Generalísimo!
Paisano.
Eleazar Marín.
ESPADA DE LA GIRONDA, PEÑÓN DE GIBRALTAR
Por Héctor Bello, ”El Chino”
“Bochinche, Bochinche,
Estos coños de
madre no saben hacer
Sino bochinche”
.F: de
Miranda, paráfrasis
Francisco
de Miranda advirtió en el presagio
Orillero y
mezquino de Caracas
(recuperado
que hubo su padre pundonor,
hebillas y
bastones)
que era la
muerte por aquellos días
el más
precario de los argumentos.
Por eso no
pudo emboscarlo la infamia
en los
cuarteles españoles,
ni las más
hilvanadas conspiraciones habaneras
opacaron
su temprana gloria en Pensacola.
Supo oír en
la voz opacada de los espías europeos
(cercana
al sotto voce de las alcahuetas)
El maledetto de nosécuantos
maridos iracundos.
Aunque en
Valmy
alcanzó a
verla en el fogonazo de sendos arcabuces,
no tuvo
certeza de la Eternidad sino en la peripecia
que terminó
trocando su cuello por el cuello
de
Robespiere, a doce pasos del Terror
como quien
dice
a la vera
del piadoso artilugio
Una
esquela de Haydn testimonia
-notas más,
notas menos-
Que Miranda
alteraba las letras de su nombre
Para
llamarse Amindra, flauta,
clavecín,
inequívoco
arete en el lóbulo izquierdo
de las
revoluciones
Por eso el
arrojo inmortal frente a las costas
de Ocumare
en el
tragicómico desembarco en La Vela,
a
al cabo de
los tránsfugas de La Víctoria
o rodeado
por siete mil monteverdes en La Guaira
La víspera
de su fuga…
(como todo
el mundo sabe
Sebastián Francisco
de Miranda se burló de la muerte
evadiéndose
de La Carraca
la
madrugada de 14 de julio de 1816
para
erigirse como un Peñón
entre las
costas de Cádiz y Marruecos)
…la víspera, digo, de su fuga)
El cándido
Voltaire amaneció en sus sueños
y le dijo
-Consuélate
masón,
Tus
victimarios no contaran siquiera
Con una
antesala en el infierno.
Este poema pertenece al libro Alteraturas, de Héctor Bello .El poeta, hace en este hermoso texto un homenaje lírico cargado de ironía comediante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario